La industria naviera 
está en terapia intensiva

El incumplimiento de pagos, además del ajuste y cancelación de contratos por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex), ha colocado al transporte marítimo mexicano en una situación crítica, lo que ha ocasionado caídas de ingresos de hasta 50% y despidos de hasta 40% en las plantillas de personal de las empresas navieras que aglutina la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo (Cameintram), de acuerdo con Armando Rodríguez, director del organismo privado.

Pemex sostiene que ejecuta su último tramo de pagos pendientes a proveedores, dentro de los que se encuentra buen número de agremiados de la Cameintram, pero “los pagos se están dando a cuentagotas, según lo que se me reporta. Se les está pagando a algunos y no todo lo que se les debe”, reveló a El Economista el directivo gremial, quien lidera negociaciones para lograr condiciones fiscales que le permitan a la industria lidiar con la crisis.

Asolada por el desplome en los precios del crudo, la empresa estatal concluyó el año pasado con adeudos atrasados a proveedores cercanos a los 150,000 millones de pesos, monto que se ha ido reduciendo paulatinamente luego de sucesivos programas de pago —en los que se privilegió a las pymes—, pero según cifras de la propia estatal hasta la semana pasada, aún se adeuda alrededor de 50,000 millones de pesos.

Además de la falta de pagos, la Cameintram lamentó la falta de planeación y compromiso por parte de la estatal, pues, acusó, ésta no honró su palabra cuando a principios del año pasado prometió prolongar los contratos de servicios marítimos a cambio de obtener reducciones en tarifas. Todo lo contrario: de junio del 2015 a enero de este año, la Dirección Corporativa de Procura y Abastecimiento (DCPA) de Pemex “informó a los navieros de la reducción del número de contratos y por lo tanto la continuidad de los contratos ofrecida por la DCPA en el 2015 no se llevó a cabo; además, un gran número de facturas no se cubrió”, denunció Rodríguez García.

Desde principios del 2015, Pemex también había extendido los periodos de pago de facturas de 20 hasta 90 y 180 días, hecho nunca antes visto en la historia de la Cámara, y que inició con la descapitalización de los proveedores.

En adición a lo anterior, en junio pasado Pemex solicitó a las navieras un descuento aún más drástico en sus tarifas y comenzó la cancelación de contratos y suspensión de los mismos, lo que en palabras del representante de la Iniciativa Privada tiene a la industria en un estado de “terapia intensiva”. “Yo en lo personal estoy muy preocupado (…) Esperemos que esta ola nos deje salir, porque sí la veo muy difícil”, externó.

Satélites petroleros

La Cameintram representa a 90% de la industria naviera nacional y como cámara se conforma en más de 90% de empresas vinculadas al sector petrolero —fundamentalmente Pemex—, por lo que la condición de la empresa productiva del Estado es, hasta que no exista una industria petrolera mexicana con diferentes participantes, su principal indicador de sobrevivencia.

Y el panorama no es alentador para los proveedores de la petrolera, pues la empresa ejecuta para este año un recorte presupuestal de 100,000 millones de pesos, que se reflejará en la reducción de alrededor de 100,000 barriles diarios de petróleo en la plataforma productiva de este año.

Estimaciones de la industria indican que más de 80 de las 138 embarcaciones de los miembros de la Cameintram se encuentran en la actualidad sin contrato (más de 40 prestaban servicios directamente a Pemex), lo que significa que alrededor de 65% de la flota nacional está en paro y hayan disminuido hasta 50% los ingresos de las navieras. Se habla de un riesgo para inversiones de más de 1,200 millones de dólares.

“Nos han reportado casos de despidos de hasta 40% en las plantillas de personal de las empresas”, lamentó Armando Rodríguez, quien, pese a todo, sostiene que su gremio no pide un “rescate”, pues es evidente que la realidad del mercado petrolero cambió radicalmente, pero demanda más flexibilidad en su trato fiscal y con el pago de derechos ante las autoridades portuarias, pues, en un escenario como éste, “a todos nos toca poner y estamos conscientes de que debemos reinventarnos, pero junto con Pemex”.

—¿Qué es lo que piden?

Se le pidió a la Secretaría de Hacienda que se otorguen beneficios fiscales: básicamente se solicita un tratamiento de acumulación del ingreso hasta el momento en el que sean cobrados los servicios, no cuando éstos sean prestados o cuando se emita la factura, que entendemos es el criterio que se tiene con otros sectores, como el de la construcción. Porque nosotros facturamos todo el 2015 y tuvimos que enterarlo en marzo pasado. Tuvimos que pagar 35% del impuesto de la renta, sin haber un solo peso de ingresos. También buscamos una reunión con el coordinador de Puertos y Marina Mercante de la SCT para que las embarcaciones que están paradas no paguen al puerto como si el barco estuviera atracado, operando, porque se quieren cobrar derechos como si estuvieran comercialmente activos.

—¿Existe la expectativa de que Pemex siga incumpliendo?

Lo que pasa es que es lo que vemos. Lo que nosotros queremos es, en caso de que siga esta situación, darle a la industria marítima estas alternativas. Si el actual entorno no sigue, pues obviamente no operarían estas condiciones. No se trataría de un régimen especial para el sector marítimo.

Fuente: El Economista