El Financiero / Ernesto O’farrill / 27 Agosto
En las últimas semanas hemos dedicado este espacio a revisar el panorama de la industria nacional de hidrocarburos, en el que hemos estado señalando lo siguiente:
1. La dependencia de México respecto del gas natural importado es mucho más grave que la de las gasolinas, sobre todo porque hoy en día la electricidad se genera en las plantas de ciclo combinado a partir del gas, en lugar del combustóleo que se utilizaba anteriormente. Una gran parte de nuestra industria depende del gas para poder operar.
Actualmente importamos más del 80 por ciento de nuestro consumo de gas natural, y todo lo importamos de Estados Unidos.
2. Por lo tanto, la inversión debiera de orientarse más hacia la exploración de gas que hacia la creación de nuevas refinerías, en donde el margen es muy bajo y las inversiones son muy cuantiosas.
3. En todo caso, puede resultar más económico la inversión en la reconfiguración de las refinerías actuales, que hoy no están preparadas para refinar el petróleo pesado que se produce mayormente en México.
4. Dado que el próximo gobierno pretende manejar una política de precios de la gasolina constantes en términos reales, y que la CFE y otros productores de electricidad producen energía a partir del gas importado, es indispensable que el gobierno implemente dos programas de cobertura de precios adicionales al programa de coberturas de los precios de exportación de crudo. Debería tener un programa de cobertura de los precios de compra de las gasolinas y otro para cubrir los precios de la compra del gas natural.
El próximo gobierno argumenta que la inversión en las refinerías es una cuestión de seguridad nacional. No sólo las gasolinas son cuestión de seguridad nacional, sino todo el tema energético. En este sentido, conviene preguntarnos qué tan necesario sería contar con una reserva estratégica en los hidrocarburos.
En 1973 los países árabes emprendieron un embargo a las exportaciones de petróleo al mundo occidental. Esto hizo subir rápidamente los precios del petróleo y de los refinados. En 1974 y como reacción al embargo árabe, se formó la Agencia Internacional de Energía, organismo dependiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que está conformada ahora por 30 países miembros y 7 países asociados. Su misión es: Coordinar las medidas necesarias a fin de asegurar el abasto de petróleo, en situaciones de emergencia, para sostener el crecimiento económico de sus miembros; pero ha ampliado su campo de acción a la electricidad, el gas natural y la promoción de las energías renovables. La Agencia Internacional de Energía le exige a sus países miembros el que mantengan una reserva estratégica de 90 días de sus importaciones netas de petróleo .
Un año después, Estados Unidos, importador neto de petróleo, decide por cuestiones de seguridad nacional, crear una reserva estratégica física de petróleo almacenando cerca de 700 mil barriles en cavernas subterráneas rodeadas de formaciones salinas en el Estado de Luisiana. Al mismo tiempo, también se prohibieron las exportaciones de crudo. Esta cantidad representaba alrededor de 140 días de importaciones de petróleo. El costo de mantener esta reserva ronda los 200 millones de dólares al año, pero esta reserva ha podido librar a Estados Unidos de varios episodios en los que el suministro de crudo se ha visto afectado por cuestiones geopolíticas, por guerras o por catástrofes naturales.
En España, la ley establece que se debe disponer de unas existencias mínimas de seguridad de 92 días equivalentes de consumo de los principales productos petrolíferos. Las compañías petroleras deben tener reservas para abastecer 50 de esos días, mientras que de los 42 restantes se encarga CORES (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos), bajo la tutela del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
En Francia, las reservas estratégicas están almacenadas en 85 lugares en todo el país, y equivalen a la media de unos tres meses de consumo o algo más durante los meses de verano, cuando no se consume para calefacción. Se componen de un 44 por ciento de petróleo y un 66 por ciento de productos refinados.
Japón, como otro ejemplo, tiene cerca de 500 millones de barriles almacenados en tanques sobre la superficie en el suroeste del país. Otras potencias como China están expandiendo sus instalaciones con ese objetivo.
El pasado 17 de febrero, México se convirtió oficialmente en el 30º país miembro de la Agencia Internacional de Energía y su primer miembro en América Latina. La membresía se produjo después de que se firmara y ratificara por el Senado mexicano el Acuerdo Sobre un Programa Internacional de Energía (IEP) y posteriormente se depositara con el gobierno de Bélgica, que sirve como estado depositario. Al formar parte de esta Agencia, México está obligado a mantener una Reserva Estratégica de hidrocarburos.
Pero en adición a una Reserva de Crudo, que podría ser el equivalente a su consumo de dos meses, por las circunstancias por las que atraviesa, México debería tener una Reserva Estratégica de gasolinas, y otra de gas natural equivalentes a 3 meses de consumo.
El Financiero / Ernesto O’farrill / 27 Agosto