AMLO y sector energético: ¿cómo se respetó en el USMCA-TLCAN?
Al paso de las horas luego de conocerse el documento del USMCA, Acuerdo Comercial que reemplazará al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aparecen las “letras pequeñas” en sectores clave o “intocables” de nuestra economía, como es el energético. En apenas dos párrafos se despeja casi cualquier atisbo de duda sobre eventuales intervenciones de nuestros socios; el presidente electo Andrés Manuel López Obrador asumió que ellos determinaron esta postura que finalmente destrabó las negociaciones.
Hasta donde ha sido posible revisar el nuevo texto, además de las definiciones y el preámbulo, se compone de 32 capítulos sectoriales: destacan precisamente comercio agrícola, reglas de origen, medidas fitosanitarias, derechos de propiedad intelectual, protección a inversiones, servicios financieros y telecomunicaciones.
Trasciende que en un capítulo que se volvió a redactar luego de la inclusión del equipo de transición en la renegociación, quedó explícito el derecho del Estado mexicano a los hidrocarburos y la posibilidad de modificar sus leyes para proteger esta propiedad.
«Reconocimiento del Estado mexicano directo, inalienable e impresionable a la propiedad de hidrocarburos», se nombró al capítulo 8 del documento donde se advierte:
– «En el caso de México, y sin perjuicio de sus derechos y recursos disponibles en virtud de en este Acuerdo, Estados Unidos y Canadá reconocen que México se reserva el derecho soberano de reformar su Constitución y su legislación interna”.
– «El Estado mexicano tiene la propiedad directa, inalienable e imprescriptible de todos hidrocarburos en el subsuelo del territorio nacional, incluida la plataforma continental y la zona económica exclusiva ubicada fuera del mar territorial y adyacente, (al igual) que en estratos o depósitos, independientemente de sus condiciones físicas de conformidad con Constitución de México«.
Es a partir de esto que en León, Guanajuato, López Obrador explicó su apoyo a este acuerdo, junto al incremento a los salarios de trabajadores del sector automotriz y que se otorga certidumbre a los inversionistas.
“Se aceptó nuestra propuesta de reducir al mínimo, el capítulo de energéticos, originalmente en un capítulo muy amplio se hablaba inclusive de una comunidad energética para América del Norte… Esto, consideramos, no era conveniente para nuestro país, y ese capítulo se redujo a dos pequeños párrafos, qué podría decirles, dos pequeños históricos, porque quedó a salvo la soberanía de nuestro país en materia energética…” explicó a grandes rasgos.
Pese a ello, los expertos del sector energéticos consultados acotan que a pesar del lenguaje “fuertemente redactado”, el capítulo de energía no impide que las compañías extranjeras extraigan petróleo en México bajo la liberalización de la industria aprobada por el gobierno saliente, esto es, lo que establece la reforma energética.
¿Armonización o continuismo? plantearán algunos escépticos sobre este movimiento por demás estratégico y que no deja de ilustrar cómo fueron las negociaciones, “el estire y afloje” para que al final todos los actores involucrados quedaran conformes. Ahora habrá que lidiar con los efectos que generen esos lineamientos: la base con la que habrá que iniciar el 1 de diciembre el próximo gobierno.